En estos días he sabido que a finales de este mes de septiembre se va a inaugurar en la Sala Recoletos de la Fundación Mapfre la exposición Sorolla y Estados Unidos y esta noticia es la que me ha llevado a pensar en lo mucho que me gusta este pintor.
El uso que hace de la luz en sus pinturas me fascina. Al igual que se hace en fotografía, usa la luz para dirigir la mirada hacia un punto de interés o varios. Juega con diagonales, reflejos, blancos, dibuja la vida cotidiana y el movimiento.
El viento tan presente en varias de sus obras vuelve a ser un recurso para fotógrafos contemporáneos. Por ejemplo, recientemente he hecho un grato descubrimiento de la fotógrafa Alicia Savage, que con estas imágenes me ha evocado de nuevo a Sorolla.
Sorolla utiliza la composición, encuadrando sus obras como si de una fotografía se tratara. Y no es raro que lo hiciera, ya que la fotografía siempre tuvo una gran importancia en su vida. Un dato curioso es que siendo adolescente trabajó en el taller de Antonio García Peris, gran fotógrafo de la época, coloreando fotografías. Años después se convertiría en su suegro.
En la vida de Sorolla por tanto, siempre estuvo muy presente la fotografía y siempre se sirvió de ella como medio para desarrollar su obra. Tanto es así, que se han realizado algunas exposiciones poniendo de relieve la repercusión que tuvo la fotografía tanto en su vida como en su obra.
¿Será por esto por lo que es uno de mis pintores favoritos?